
en mi eterno letargo,
el sol llamó a la puerta de mis deseos,
quiso mi corazón escribirte mi amor
en el que fuera yo del tuyo
solo y único dueño.
Guardé sus letras
en un rincón de mi memoria,
paseé por su interior
mi desespero,
quise ocultarme entre las palabras
y con ellas mi vida de la tuya para siempre ser esclavo y siervo.
Vida que
suspira por ti…
dibujando en el aire poemas
con el silencio de mis versos.
Poema propio.
Fuente de la imagen:
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