Somos agua que se disipa por donde se camina, que a veces se estanca y se encuentra perdida entre los matorrales de la vida.
Así nos perdemos por los días. Son tantas las puertas abiertas por donde cruzar sin saber lo que te espera en la otra orilla, que cualquier esquina es buena cuando, al doblarla, decides si serás feliz o un sinvivir en tu compañía.
Somos espuma de instantes, de sueños que al amanecer se olvidan, de momentos sin recuerdo, de un tiempo pasajero que en un suspiro humedece las mejillas.