La perdí como se pierden las cosas más queridas, sin saber cuándo, dónde ni por qué. La busqué por todos los rincones de mi alma, por si otra vez quisiera que la encontrara el destino, pero de mi destino también se fue.
Es lo más preciado de mi vida, lo que llegué a perder, el amor que nunca se olvida y el que, hasta el fin de mis días, mi corazón vivirá con él.
Me dijo que me diría si es que algún día fuese de nuevo sueño en su vida, pero ya sé que nunca su sueño seré, ni pensamiento de almohada, ni deseo que de nuevo quisiera dormir con él.
Aún no puedo olvidarme de ella, me parece que su último beso no fue más tarde que ayer. Quise encontrar otra vida y otra calma, pero otra calma mi cansada vida ya no quiere, y con su ausencia moriré.