Ya me cansé de ir y venir...
Ya no me gusto en el espejo.
Ahora sé lo que los demás ven de mí:
que me dicen más adiós que sonrisas cuando nos vemos.

Solo tengo sitio entre rincones,
y es ahí donde mejor me encuentro.
Sin molestar a nadie, escribo mis versos
hasta que se olvidan,
cuando, sin rima, caminan y vuelan sueltos.

Ya no me gusto cuando me miro;
hasta mi sombra se marcha lejos.
Prefiero la soledad y su silencio
que reflejarme en ningún “te quiero”


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