Anhelo lo que nunca pasó. Tenía tinta en el pensamiento y, en unos versos, quise escribirte mi declaración de amor.
Tanto da que da lo mismo, que lo mismo dio. El papel se quedó en blanco, y en el corazón su poema siempre quedó.
Te quiero tanto como si te hubiera conocido, te extraño más como si algún día mía hubieras sido. Susurro de sueño callado que nunca despertó.
Musa que eres y no eres, te escribo aunque no me leas, te amo aunque no me quieras, y en silencio mis letras te buscan sin en la vida haberme encontrado conmigo yo.