
para que solo mi corazón entrara,
siempre tuve su llave
sabiendo también de como su aldaba rugía si de ella me olvidaba…
cuando por el viento
sola se abría,
y cuándo solo para mí
la dejaba sellada.
Amor de pequeño jardín y cal blanca,
riegan los recuerdos en mi corazón
cuando es que mis ojos cierro
sintiendo que por mí ya no es amada.
Me dice, ¡no! la razón,
pero la pasión por ella
mi alma siempre habla.
Quiero a mi presente,
pero en aquel jardín fui tan feliz
que cuando pienso en ella
dentro de mí…
para el resto del mundo
aquella puerta
siempre estaba cerrada.
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Poema propio.
Fuente de la imagen:
Cedida por su autor
Jordi bernabeu

