
En un momento de depresión,
conmigo sólo y sin nadie alrededor,
vivía mis decepciones.
Mis angustias interiores de un saber ni para qué ni por quién debían ser mis ilusiones.
Todo en mí era vacío y perdido,
buscando un alma y una paz que a la vida diera sentido.
Una llamada alertó aquella tarde,
Un familiar, primo hermano me dijo de ir a un pueblo cercano,
Espejo, ir a su baile y pasar una noche de desenfreno y desenfado.
Los pocos kilómetros de distancia y el compromiso
me hicieron aceptar el trato,
ya imaginé que solo por mi coche
se interesaron de mi estado.
Nos pusimos en marcha aquel domingo de verano,
como siempre mi timidez me llevó a la barra y solo hablaba con el alcohol trago a trago.
Pasaron las horas,
y cada vez los ojos y yo miraban más nublado.
No era aquel mi sitio, pensé,
no me sentía libre en aquel antro.
Ya de vuelta a casa,
todo era un poco desmadrado,
unos por la bebida, otros, por lo que habían fumado, y alguno las dos cosas por su cuerpo habían pasado.
Así los cinco en un seat 850 blanco…nos vinimos cantando.
A la izquierda otro coche azul apareció y se nos puso al lado,
también venía del lugar,
y con palabras y algún gesto,
a correr me había retado.
Quise ir detrás de él…
un seat Toledo más rápido,
Cogieron mis ruedas arenilla del arcén en la persecución,
el coche se me fue, y dimos
cinco vueltas por un barranco.
El coche quedó boca arriba y nosotros todos dentro de él sin hablar y boca abajo.
Algún zapato quedó en la rama de un cercano árbol.
Salimos todos como pudimos,
Mi vida pasó por mi cabeza en aquellos segundos de infarto,
Todos pudimos al fin hablar…
nos habíamos de aquel accidente salvados.
Solo un grito de dolor
Un soldado de permiso…
la pierna con el asiento del conductor se habría quebrado.
Subimos el terraplen
Y en la carretera nos recogieron.
«benditos samaritanos»
Primero llevamos al hospital militar al soldado,
tibia y peroné… El servicio militar ya lo había en Córdoba entonces terminado,
y nosotros a nuestras casas,
sin saber del susto nuestro estado.
Al día siguiente sereno el coche vi.
«No sé como nos habíamos Salvado»,
10.000 pesetas como chatarra me dieron por él,
y dos juicios tuve que pasar
Por el mismo altercado,
Uno por lo militar,
y otro por lo civil…
los amigos querían dinero,
y por y nada que les había pasado los muy falsos me habían denunciado.
De los dos salí absuelto,
no hubo testigos de lo ocurrido ni en otro vehículo hecho daño.
solo la discusión
tuvo a la velocidad que conducía de mi seguro,
diferencias de con los que me habían denunciado.
Pasó el tiempo y sin coche me quedé,
y sin primo que me llamará para pasar de nuevo un buen rato.
Amigos de interés…
Amigos de juzgado.
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Relato propio.
Fuente de la imagen:
https://www.diarimes.com/es/noticias/camp_tarragona/2018/07/27/evacuan_helicoptero_conductor_atrapado_un_accidente_el_pradell_la_teixeta_44223_1093.html

