Hoy quiero cantar a la libertad, gritar por las justas injusticias que se quedan enterradas sin que nadie sepa, porque no interesa la verdad.
A aquellos derechos que se violan cada día sin que la sangre se revuelva, a sabiendas de que la evidencia no pesa ni importa, y solo el poder del dinero, que detrás de todos todo siempre está.
Hoy solo viven las mentiras de los señores de la guerra, de los malditos gobiernos y sus puertas traseras, de los vicios inmunes e impunes que, a quienes nada tienen, atropellan cada día, comprando el perdón y, con ello, sus egos para poder saciar.
Hoy quiero cantar a la libertad, a esa que todos callan, porque, si de su cárcel escapa, solo habría derechos y, con ellos, igualdad.
Hoy quisiera gritar a un mundo adormecido: es tiempo de despertar.