Hoy quiero cantar a la libertad,
gritar por las justas injusticias
que se quedan enterradas sin que nadie sepa,
porque no interesa la verdad.

A aquellos derechos que se violan
cada día sin que la sangre se revuelva,
a sabiendas de que la evidencia no pesa ni importa,
y solo el poder del dinero,
que detrás de todos todo siempre está.

Hoy solo viven las mentiras
de los señores de la guerra,
de los malditos gobiernos y sus puertas traseras,
de los vicios inmunes e impunes que,
a quienes nada tienen, atropellan cada día,
comprando el perdón y, con ello,
sus egos para poder saciar.

Hoy quiero cantar a la libertad,
a esa que todos callan,
porque, si de su cárcel escapa,
solo habría derechos y, con ellos, igualdad.

Hoy quisiera gritar a un mundo adormecido:
es tiempo de despertar.








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