a sentir el amor de un amanecer,
a vivir el primer rayo de luz que por la ventana despierta mi sueño,
por la misma que quise arrojar y acabar con una vida temerosa de la que me sentía preso.
Noches interminables, madrugadas inacabadas y desvelo,
a la vez miedo a la realidad de estar siempre despierto,
pánico a cualquier momento,
queriendo de mis ojos
que solo vieran mis paredes vacías y una puerta cerrada donde solo la soledad y tristeza
pudieran conmigo vivir dentro.
Creí que no volvería a serlo.
Que no volvería a vivir la felicidad como sentimiento,
que aquella depresión profunda
que me acompañaba
se quedaba para siempre como
el otoño se acerca a su invierno.
Creí que jamás volvería a serlo.
A sentir el amor y la pasión de nuevo,
a volver a quererte lápiz y papel,
un poema poder escribir y que la emoción florezca en la piel
de aquel que lo está leyendo.
¡Qué feliz que soy!
Creí que jamás volvería a serlo.
Poema propio.
Fuente de la imagen… Propia