Desistí de entender esta vida,
me pareció perder su momento.
Nada me quedó ni dejé,
ni por fuera ni por dentro.
Su encuentro de nuevo quise,
pero se escondió en los matorrales
de mi siempre apresurado tiempo.
Fue tanto lo que quise amarla
que agoté el aroma de su aliento.
Cerré los ojos,
y en el silencio de mi último suspiro,
amanecí en la nada…
se me fue la vida con mi silencio.


