Se fue una tarde de cualquier mes.
En sus ojos la tristeza.
Presente que estuvo
entre palabras comedidas,
la mirada profunda,
alguna emoción y
algunas lágrimas
que desenfadadas por sus venas
llorando corrían.
Se fue en un instante,
con sus pies hablando y
con su adiós silbando,
ocultando una pena
que no mostraba
que la estaba matando.
Mujer y esposa,
hija y madre a la vez.
Se fue sin decir adiós,
la maltraté toda la vida,
la busqué
pero en ningún momento…
Para ella escribí estos versos
por si algún día su perdón
los pueda leer,
aunque sus ojos con los mios…
ya nunca se vuelvan a ver.

Poema propio.
Fuente de la imagen:
https://m.soundcloud.com/el-nay-de-una-propiedad/sets/todo-se-fue-ala-verga-chuccha





