Mientras las manos se abrazaban
la noche oscurecía.
Nuestras miradas encontradas
solo sábanas vestían.
El silencio de la noche despertó
en nuestro amanecer sus copas vacías
mientras el perfume del alcohol
en nosotros aún dormía.
Noche de amor y sosiego
donde los gemidos eran palabras,
noche de amor y deseo donde libres desnudamos el alma.




