Dejé de escribir,
pero no de soñar.
Dejé de sentir,
pero no de amar.
Dejé de vivir
pero no de sufrír.
Tu compañía dejé
por mi soledad.
Se oscurecía la vida,
amaneció el desconsuelo,
de un tiempo que perdí
sin apenas tenerlo.
Escribí estos versos
como testamento,
de alguien que por aquí pasó,
sin llevarse ningún recuerdo.
Mi último poema escribí,
¡Ojalá, pudiera yo entenderlo!

Poema propio.
Fuente de la imagen:
https://desmotivaciones.es/5418409/El-ultimo-poema





