
Vi la muerte en sus ojos,
sentí el sudor frío de su piel,
escuché la agonía de su último aliento.
Me despedí entre sollozos,
y parte de mi vida
se marchó también con él.
¡Padre, te echo de menos!
Hazme un sitio en tu regazo…
que pronto te vendré a ver.
Poema propio.
Fuente de la imagen…
Propia del autor.