Vivimos embriagados entre sensaciones desconocidas
y un desconcierto que nunca pensábamos haber vivido,
en un tiempo que por primera vez
en nosotros paró,
viviendo madrugadas en las que no sabemos si era la noche quién descansaba,
o ya era el sueño de un nuevo día que nunca más amaneció.
Contadores de cuentos seremos infinitos,
poetas de grandes novelas
aunque no podrá escribirse un verso que nunca terminó.
Encuentros sin vernos de desesperos, por saber si al día siguiente todo y todos vivían.
Relojes que escondieron su tiempo donde duermen sin manecillas y
calendarios vacíos sin fechas marcadas, donde los meses ahora siempre el mismo día son.
Se nos han caído los pilares de la tierra,
construidos solo de los reflejos
de cuando solos estamos de verdad
junto al espejo
y vemos que somos nadie en qué forjar nada que no sea nuestra ambición.
Ahora que con nosotros estamos viviendo, que quizás nos vamos conociendo,
quizás tengamos que hacerlo y
aunque ya lo hicimos nacer de nuevo,
Sepultar un viejo mundo que vive muerto y volver de verdad a primero quererse para después querernos sin rencor.
Saldremos juntos si solos salimos del cautiverio.
Sin mesías salvadores,
sin capitanes de ejércitos,
sin la ostentación de la riqueza que a otros hunden en la pobreza por los caprichos de los deseos de la sinrazón.
Nadie es más que nadie
y menos yo,
que lo que está escribiendo no sabe,
en un momento que no es de nadie donde el dinero no tiene valor.
Ojalá mañana cuando el amanecer me hable,
me diga al despertarme
que ayer morimos
y que volvimos a nacer de nuevo
teniendo cada día una nueva puesta de sol.
Relato propio.
Fuente de la imagen:
http://familia.alzfae.org/alzheimer_gran_desconcierto/

