
Con estas pequeñas letras
siendo testigo de aquellos
que sufren y viven
junto a esa maldita enfermedad,
quisiera hubiera
un día internacional,
de aquellos tan cercanos,
como si ellos mismos fuesen
los afectados del mal.
¡Cuántas noches
sin dormir a su lado!,
miedo a lo divino,
quizás algún pelo caído
pidiendo perdón
por haber hecho lo prohibido,
culpando,
a lo sin querer vivido.
Sentir hasta la muerte
el dolor del ser querido,
seguir viviendo,
y al instante volver a encontrar de nuevo
la enfermedad en otro cuerpo…
qué más da su sitio!
De nuevo la lucha…
radio o quimio
volver a sufrir,
¡Dios!, volver a vivirlo.
Padres, madres, hijos,
amantes de cualquier lugar…
qué importa,
sufriendo tanto o más
que el enfermo mismo.
Mismas secuelas,
mismos dolores,
mismas penas…
cáncer en cualquier sitio.
Hoy brindo por ellos,
sin lazos ni donativos,
sin banderas,
solo con la pena de esas lágrimas de silencio,
en esas salas de espera.
Por vosotros brindo,
maestros de la paciencia.
Parece que hay un señor,
que al final de los días,
arriba o abajo…
a todos espera.
Poema propio.
Fuente de la imagen:
https://www.farodevigo.es/portada-pontevedra/2008/05/13/pediatria-chop-abrira-unidad-recien-nacidos-critico/224422.html