
Bebí el licor amargo
de tu daño más profundo,
escuché de tu osada garganta
el silencio de tu despedida.
Llegué a sentir
la esencia de la tristeza
brindando con mi soledad
clavadas heridas,
cuando en mis labios sus copas yacían de vacío rotas,
y de sentimiento muertas.
Licor amargo que nunca sació…
la sed de tu ausencia.

Poema propio.
Fuente de la imagen:
http://dibujandosalidas.blogspot.com/2009/04/copas-levantadas.html?m=1

