Amo la vida bajo manto
de enredadas tardes
en sus distintos tonos de grises,
el chapoteo de la lluvia cuando bajo
el paraguas de la esencia desliza
susurros y sentimientos
por la ausencia de a quien se quiso
y al lado ya no se tiene.
«Aliento que se vuelve viento»,
prefiero a un fugaz arcoíris
la eterna sobriedad del blanco y negro.
Matices simples y complejos
hacen de nuestro tiempo
estrofas y rimas de interior
en poemas que miradas perdidas
nunca leyeron.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA