
Vagabundo de letras,
mendigo de hojas sueltas
que raya en un papel
palabras que marchan
y algunas escritas quedan.
Torpe hasta en los deseos,
recibí lo que no debía
amando más
que a mi propio encuentro.
Aprendí que para morir
ya solo me queda tiempo.
Ahora vivo cada momento
para ser feliz,
pidiendo perdón a la vida
por no haberla querido
como debí hacerlo.
Soy nadie que siempre quiso ser…
y entre versos quiero morir viviendo.

Poema propio.
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