
Música quiso abrir el telón.
Lo hicieron desenfadados
en el proscenio,
y bailando cantaron lauve…
«Makoky»
y un amor de muerte…
en el tablero nació.
Qué magia sus absurdos,
silencios contenidos
entre miradas que te miran,
como único fin la risa
y en su propuesta de vida…
dos felices horas nos vivió.
Nada terminó como empezó.
La muerte se rindió al amor.
El sicario se hizo santo,
la estudiante falsa
a él desnudó su amor.
Y su siempre amigo…
hasta su falsa muerte
amigo siguió.
Anclado en su pasado,
el padre de él enamorado
por su vida se marchó…
La mujer no quiso ser pecado,
y con el padre de ella
su nuevo amor quedó.
Así vi a makoki y
Un amor de muerte.
Una historia de ver.
actores vivos dentro y fuera de sus vidas.
largometraje en su esencia.
Gran largometraje cordobés.

Poema propio.
Fuente de la imagen… Propio

