
a ellos yo vivía,
la felicidad no era mi consorcio
y las palabras,
solo son palabras
que no hacen compañía.
Todo se volvió imaginario,
el universo fantasía,
siendo yo tan distante como cercana,
tan igual como lejana,
esclava de un tiempo
que ya en mí no gira.
Me dio la espalda la vida…
Respeté su destino,
la miré de frente,
y mientras sus ojos me miraban
la guardé en mi corazón
hasta el final de sus días.

Poema propio.
Fuente de la imagen.
Cedida por su autor.
Josep Domènech i Sánchez

