con su llanto las nubes
amenazaban el aire,
sin control la gente paseaba su aparente prisa
entre miradas de misterio,
sin nada que decir
ni preguntarse.
Sentado en medio de nadie
formaba parte del paisaje
sin que pudiera
descansar mi corazón
en el latir de nueva sangre.
Me trataba la vida
con indeferencia.
Al caer la noche,
del lugar me levanté
perdiéndome en mi horizonte,
dejé una rendija abierta
por si otra vida equivocada
quisiera venir a buscarme.
Esperé y esperaré
hasta el infinito,
y no descansaré
hasta que tu mano…
a la puerta de mi amor
me llame.
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Poema propio.
Fuente de la imagen:
http://misilusiones-eli.blogspot.com/2010/09/golpeando-una-puerta.html?m=1