SIN ADIÓS

Fue noche en mi alma oscura
donde el amanecer
nunca más volvió,
vi la muerte tan cerca
que ella a mí también me vio.

Inmóvil recorrí
por el pensamiento mis días.

Mis ojos solo veian en el horizonte aquel techo blanco vacío y sin vida
cuando sus lágrimas
corrían su interior.

No pude decir a nadie de mis aciertos y errores,
no pude confesar
mis secretos y emociones
en una despedida en la que solo me calmaba el aplauso de las ocho
y sus balcones.

El ruido de aquel respirador
callaba los gemidos de mi herida
hasta que de pronto
de hablarme ya dejó.

Se apagó mi vida sin oración,
sin la llama de una vela
que nunca nadie encendió.

Me fui conmigo solo y mi tiempo,
y a ningún ser querido…
pude decir adiós.