
le ofrecí mi desnudez
y con eterna vergüenza
así me declaré:
«Quiero entregarte mi vida,
ser parte de la tuya
y por ti para siempre
ser amada y querida» .
A Dios rogué que me dijera…
» Te quiero, sí «,
y vivir juntos nuestro amor
el resto de nuestros días.
Poema propio.
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