No descanses en mi silencio.
Guárdate tu vida, si es que aún te queda
algo de verdad en ella y sitio donde poder hacerlo.
¡Qué pena! Que ya no queda corazón,
hasta el alma se te perdió
por los caminos del poder, alimentando la traición por el sucio dinero.

No me pidas que te quiera.
No llames nunca más a mi pensamiento.
Ni tú eres a quien un día llegué a conocer,
ni yo seré ya para ti el payaso con el que reírte
ni el bufón de los vacíos en tus desesperos.

No descanses en mi silencio.
Y si no encuentras a nadie,
pasa de largo por mis días,
porque en los tuyos solo hay dolor,
y ya mis lágrimas por ti hace tiempo
que de mis ojos todas se fueron.