Día largo, de breves momentos, instantes caducos y marchitos de palabras y sentimientos. Entre suspiros de naranjos con aroma de olivo, la lluvia no mojaba el suelo, la mirada de tus ojos dormían mis cansados y viejos pensamientos.
Te conocí en un presente, de un destino caprichoso que quiso ser testigo del encuentro. El rojo de la camisa iluminaba en tu rostro el calor de la sonrisa, tu cabello largo descansaba desordenado en tu cuello, tu dulce voz cantaba los secretos de tu vida en silencio.
Esperas con pasión lo no vivido, amando a un futuro que se irá, a un pasado que ya no es, en un presente, que sin poder ser atrapado... se va y se va.
Laura... de gestos limpios, de una vida de amor sin prisa, qué suerte ha tenido el elegido a quien elijas, y camine junto a ti en el paseo de tu vida.
Laura... Es vida donde hay vida, alegría donde habita la tristeza, la sonrisa entre las mejillas siempre abierta, y su cara vestida entre su largo pelo negro, llena de belleza porque la vida no la pudo hacer de otra manera.
Laura... De tiempos de paz y esperas, de miradas limpias donde la maldad no conoce, ni en su vida nunca fue consejera. De voz dulce y elegante, porque siempre hay razón en el decir de sus letras.
Laura... Qué suerte de haberte conocido, aunque solo sea por momentos exiguos. Felicidades a quien esté a tu lado, porque, para toda la vida, serán felices mientras estén contigo.
Laura... Quieres tanto a la vida como la vida te quiere contigo.