Los sueños no pueden aferrarse, las palabras al viento ya no pueden guardarse. Los momentos felices pueden recordarse, y las penas solo pueden olvidarse.
Se va la vida a cada instante, sin poderla retener, como el día muere en su noche. La ilusión, cuando ya se tiene, como ilusión muere. Y la manija del tiempo pasa y, ante nuestra mirada, no deja de escaparse.
Nada viene para quedarse.
Podemos ser mejores de lo que somos, amar a quien se odia, sentir la vida para que nos sienta, y no estar con quien contigo no quiere quedarse.
Nada viene para quedarse. Por eso quiero vivir en mí, y conmigo solo quiero de todo olvidarme.