Cayó la mañana como el ruido del granizo cuando rompe el silencio del amanecer tras la ventana.
La espera ya no se hace corta ni larga… sin espera.
Volví a no saber de ella,
y en mis ojos ya no quedan lágrimas de tanta aflicción
por una ausencia donde es solo su recuerdo
quien por mi alma se desvela.

En el fondo sé que la perdí,
que solo es mi fantasía la que
sigue pensando que nadie su amor robó.
Pero es cuando alumbra la noche
cuando mi corazón de nuevo se rompe,
y solo es su recuerdo y mis versos
quien arropan mis madrugadas de dolor.

La espera ya no se hace corta ni larga.
Ya cerré la puerta de mi vida; ya no cabe nadie en su interior.




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